cristoraul.org // El Vencedor Ediciones

Esta es la Voluntad Presente de Dios:

"Unifiquense todas las iglesias en una sola y única"

LA CREACIÓN DEL UNIVERSO SEGÚN EL GÉNESIS

 

 

 

CRISTO RAÚL DE YAVÉ Y SIÓN

EL VENENO DE LA SERPIENTE

ANÁLISIS Y REFUTACIÓN DE LAS 67 TESIS DE ULRICO ZWINGLIO

 

En el nombre de Jesucristo:

 

PRIMERA PARTE

“LA ESPADA Y LA PALABRA”

 

CAPÍTULO UNO

 

1.-Yerran y ofenden a Dios todos los que dicen que nada vale el Evangelio si no es confirmado por la Iglesia.

 

Comenzamos.

Y pregunto: ¿De qué evangelio está hablando el autor de esta tesis? ¿Ha existido acaso algún otro evangelio fuera del que selló con su Sangre el Espíritu Santo, y que, legado por Cristo a su Esposa Católica en herencia sempiterna, Ella defendió durante los XVI siglos que transcurrieron desde el Nacimiento a la Reforma, ha seguido defendiendo en su Pureza Original desde el Siglo XVI a nuestros días, y seguirá defendiendo con su Existencia por la Eternidad?

Porque el Evangelio de la Iglesia Católica tiene un único Espíritu: A saber: el Hijo Primogénito de Dios es el Unigénito de YAVÉ DIOS PADRE, engendrado de su Naturaleza Increada, Dios Verdadero de Dios Verdadero, es ese mismo Jesús que se encarnó en María, esposa de José, y quien recibiendo de su Padre Divino un Nombre Nuevo, Cristo,  subió a los Cielos para sentarse en el Trono del Rey Universal con el nombre Sagrado de JESUCRISTO.

Este es el Evangelio de Dios, que habiendo sido negado desde el principio por muchos, fue atajado en el Concilio de Nicea con el Santo Creado Católico. Victoria Eterna que más tarde volverían a negar los hombres, incluso salidos de la Fe, no frontalmente para no ser acusados de herejes, pero sí  subliminalmente, hasta que con la Reforma Arrio volvió a salir de la Tumba para infectar la mente cristiana con su Negación de ser Jesucristo Dios Hijo Unigénito.

La Historia y los hijos de Dios sabemos que Evangelio que el Señor Jesús en su Testamento le legó a su Esposa, la Iglesia Católica,  fue confirmado por YAVÉ DIOS PADRE en el Concilio de Nicea, reunido por el Espíritu Santo en el Nombre del Hijo de Dios para ser proclamado el CREDO ROMANO el Signo de la Confesión Cristiana Universal. Y quien no lo Confiesa niega a Dios, Padre, Hijo y Espíritu Santo.

Así pues, habiendo quedado en ese Concilio establecido por YAVÉ DIOS PADRE: que el Evangelio Verdadero y Único que descendió del Cielo y se hizo Carne: es el que recibió en  Herencia la Esposa de Cristo de la mano de los Apóstoles: ¿Cómo entonces puede existir otro evangelio que el confirmado por Dios en el Concilio de Nicea en propiedad exclusiva y sempiterna de la Santa Madre Iglesia Católica Romana y Apostólica?

Pregunto: ¿Cuántos evangelios conocieron su edad de oro desde que fue escrito el primero de todos por el Espíritu Santo?

Los llamaron los Apócrifos. Éstos fueron escritos por magos y judeocristianos que buscaron, unos manipular a las masas, y los otros confundir a los verdaderos cristianos. La lectura de tales  panfletos anticristianos no dio fruto más allá de permanecer en círculos gnósticos sin futuro.  En el Concilio de Nicea el Espíritu Santo que vive en la Esposa del Señor echó al fuego esos evangelios de la infancia y de los seudoapóstoles, confirmó como Verdadero y Único Evangelio de Dios el Canon Bíblico Católico, Herencia de la Iglesia, según el Testamento de su Esposo y Señor

Igualmente el evangelio de Arrio fue  echado al fuego por Dios. Y con ese evangelio arriano lo fueron los distintos evangelios que envueltos en sotanas pretendieron venir de Dios. De tal forma y manera que una vez entrada en su Herencia, “pues donde hubo Testamento era necesaria la muerte del Testador”, la Iglesia recibió de Dios la Confirmación del Evangelio que le fue legado por su Esposo, y nadie puede venir con otro evangelio que el que posee en Herencia la Esposa del Señor y Madre de su Descendencia: a no ser que venga del Diablo, el Enemigo de la Corona de Jesucristo: Esposo de la Iglesia y su Cabeza Espiritual sempiterna.  De manera que cuando Ella dice: “El Cuerpo de Cristo”, y el Pueblo responde “Amén,”  el Pueblo cree y vive que Ella es ese Cuerpo, del que el Sacerdote es parte viva.

Por consiguiente ¿Quién y quiénes fueron esos ladrones que pretendieron levantar a los hombres para desheredar a la Esposa de quien al Señor Dios, nuestro  Rey Jesucristo, le debía Descendencia?

¿Acaso le dio Dios al Hijo de su Corazón una Esposa con entrañas estériles como tierra seca que nunca dará fruto? Entonces ¿por qué el Espíritu Santo dijo?: “La Creación entera aguarda con el corazón en un puño el nacimiento de los hijos del Señor, la Gloria de la Libertad de los hijos de Dios por Herencia”.

De nuevo: ¿De quiénes fue la sangre que se vertió en Italia, España, Francia y Grecia durante los tres siglos que fueron desde la Resurrección al Concilio de Nicea? ¿No fue ese el precio que la Iglesia Católica y sus pueblos pagaron por el evangelio en propiedad sempiterna? Pues aunque recibido en propiedad por el Testamento de su Señor, el precio de conservarlo en sus manos y preservarlo hasta el fin de los tiempos en su Poder fue pagado con la sangre italiana, española, francesa y griega. Así que habiendo Confirmado el Evangelio al precio de la Sangre Católica Romana, ¿quién era ese ladrón que vino a robarle a la Iglesia su Herencia?

No ofende quien dice la verdad. La verdad ofende a quien ama la mentira. No yerra Dios, yerra quien cree que puede enfrentarse a Dios y poner de rodillas al Creador del Universo.

En esta Primera Tesis el ladrón de almas que la firmó descubrió sus cartas, sus intenciones. La magnitud de la hipocresía con la que firmó sus tesis se descubre en la que sigue:

 

2.-He aquí resumido el Evangelio: Nuestro Señor Cristo Jesús, el verdadero Hijo de Dios, nos ha dado a conocer la voluntad de su Padre celestial y con su muerte inocente nos ha redimido y reconciliado con Dios.

 

La hipocresía del lobo bajo la piel del cordero no puede ser más transparente. La bestialidad de la inteligencia del pueblo al que se dirige, no es menos cristalina.

El que escribe presenta la tesis como si durante 16 siglos ninguna nación ni ningún hombre hubiesen escuchado semejantes palabras, como si el Espíritu Santo en los Apóstoles no hubiese regado las naciones de la Europa Romana con este  evangelio.

El que escribe, Zwinglio, tuvo al que leía por un animal incapaz de comprender una sola letra, y que prefería justificar su discapacidad intelectual sacándose voluntariamente los ojos. El lector no quería ver que quien firmaba era un ladrón de almas que para bendecir su robo se apropiaba del evangelio confirmado por la Iglesia Católica en el Concilio de Nicea, recibido de las manos del Espíritu Santo, quien a su vez lo recibió de las manos del Hijo de Dios, a quien le fue confiado por Dios, su Padre, y por ambos, Hijo y Espíritu Santo sellado con Sangre y entregado en heredad a la Esposa del Señor Jesús, de quien tendría su Descendencia, a la espera de la cual la creación entera mantendría su corazón en un puño: el Puño de Dios.

Hipocresía que el Suizo vestía de sabiduría y contando con el analfabetismo y la ignorancia del lector al que escribía, el Suizo, afirmando lo que sabía ocultaba lo que no decía. Porque si de verdad Zwinglio hubiese creído en lo que afirmaba y  hubiese conocido el origen de la Semilla Fratricida que estaba sembrando, antes se hubiera cortado las manos que seguir esparciendo la Semilla del Diablo en Suiza.

Cristo Jesús es el Modero de Sacerdocio que bajó de Dios para abolir el sacerdocio aaronita y llevar a su Perfección eterna la Adoración. De aquí que sea llamado o la Iglesia “El Señor”, pues en Ella se cumplió la Escritura que desde la Caída fue anunciada con la Redención: “Buscarás con ardor a tu Esposo, que te dominará”, Y encontrado, celebrada la Boda Eterna, se consumó la Palabra del Creador en la Unidad de las dos personas en el Matrimonio, deviniendo una sola cosa, en este caso, siendo un Matrimonio Espiritual:  Cabeza y Cuerpo. Y de aquí que el Espíritu Santo no se cansara de repetir que “Cristo Jesús es la Cabeza de la Iglesia”, y el Colegio de los Sacerdotes, la Iglesia, su Cuerpo.

Mas los hijos tenemos en  el Hijo de Dios a nuestro Rey, de manera que para su Esposa es Cristo Jesús: “el Señor”, y para sus hijos, nacidos de este Matrimonio Espiritual Eterno,  es Jesucristo; “el Rey”.

Este es el Fruto del Evangelio del Espíritu. Y no sólo no hay otro “evangelio” sino el Confirmado por Dios y por Él testado a la Esposa de su Hijo, nuestro Rey Jesucristo, sino que quien predica otro evangelio viene del Diablo, y su rey y señor es Satanás, bajo cuya bandera, como se verá durante este análisis, cabalgó el firmante de este evangelio anticatólico. Su anticristianismo es flagrante cuando dice:

 

3.-Por eso es Cristo el único camino de salvación para todos los hombres que fueron, son y serán.

 

Declaración tras la que ocultó el Suizo su verdadero rostro. Zwinglio no anunciaba al Cristo de Dios, de quien el Espíritu Santo, firmando su Declaración con su Sangre, dijo una vez y otra que Cristo Jesús es la Cabeza de la Iglesia, Su Cuerpo, según el Decreto Omnisciente y Todopoderoso de YAVÉ DIOS PADRE: “Serán los dos un solo Ser, una única Realidad: Cristo”. 

De manera que siendo el Esposo el Camino no puede haber Camino fuera de la Iglesia Católica, Su Esposa. ¿O se puede seguir a la Cabeza pero no al Cuerpo de Aquel a quien se sigue?  ¿Acaso los Apóstoles no  sellaron la Unidad sempiterna entre Cristo y su Esposa, a cuya Boda fueron invitados estando el Señor entre Ellos? ¿No le dieron Ellos a la Esposa el Testamento de su Esposo, cuyo Evangelio ha sido el de Ella desde ese Día hasta el Nuestro?

¿Lo que Dios unió con la Sangre del Espíritu Santo puede ser separado por el Diablo? 

¿Una Criatura se atreve a retar a su Creador a un duelo a muerte y cree en su demencia poder vencer al Señor del Infinito y de la Eternidad, YAVÉ DIOS, Padre de Jesucristo?

La hipocresía del firmante es la de aquella Serpiente Maligna que se acercó a Eva con palabras envenenadas encerradas en una botella dorada.  Zwinglio escribe: “Cristo es el único camino de salvación”. ¡Aleluya! Palabras jamás oídas en las montañas de  los cantones helvéticos, palabras que jamás conocieron eco entre las grandes cimas de los Alpes suizos. “Señoras y señores: El Camino es Cristo, ayer, hoy y siempre”, y el pueblo salvaje de las montañas dobla sus rodillas y dice:

“Amén amén amén,

Lutero es Dios, y Zwinglio su profeta”.

 

4.-Cualquiera que busque o indique otra puerta yerra e incluso es un asesino de las almas y un ladrón.

 

En efecto, el mismo Zwinglio al cerrar la Puerta de la Iglesia, el Cuerpo de Cristo Jesús, se denuncia a sí mismo como asesino de almas y un ladrón. Porque ¿de quién está hablando y a quién está denunciando al decir eso?

¿No está escrito en el Evangelio confirmado por la Iglesia que la Puerta es Jesús, y que Jesús es el Cristo de Dios?

¿Estaba acusando el ponente a la Iglesia por haberle mentido al mundo y decirle que la Puerta a Dios, y por consiguiente a la Vida eterna, era y  es su Esposo, Jesucristo? ¿O lo que pretendía este Zwinglio era  poner otra puerta a la vida eterna que no era ni podía ser otra que él mismo?

Pues sabemos que la Puerta es el Verbo, que bajó del Cielo y se hizo Hombre, Obra Maravillosa de Dios, que en sus Profeta ya la anunciara diciendo: “Haré una Obra Maravillosa tal que si os la contara no os la creeríais”. En efecto, la vieron y no la creyeron.

En lugar de hablar, Dios le dio a su Doctrina un Cuerpo que se podía tocar, ver, hablar con Él.  Cristo Jesús era esa Obra Maravillosa anunciada en sus Profetas. La Doctrina era Él. Él era la Puerta. Una Puerta Viva, Divina. Y quien trae otra doctrina y separa a la Esposa del Esposo, es un asesino de almas, un ladrón al servicio del Infierno. Lógico por tanto que el ladrón denuncie a su enemigo de lo que precisamente él es con el fin  de confundir a quien lee y alejándole de la Puerta del Paraíso, que es Cristo Jesús, lo conduzca a la puerta del Infierno.

La fuente de la astucia de aquel siervo del Sembrador Maligno se  descubre en la siguiente tesis.

 

5.-Por consiguiente, todos cuantos enseñan falsas doctrinas diciendo que son iguales al Evangelio o que valen más que éste ignoran lo que es el Evangelio.

 

¿Y qué es lo que estaba haciendo este siervo del Sembrador Maligno si no enseñar una falsa doctrina según la cual Dios no le dio Esposa a su Hijo?

¿Acaso incluso en las traducciones de estos siervos malignos no se lee que el Esposo estaba entre los Invitados, sus Discípulos? ¿Quién era su Esposa?

¿No lo dijo el Espíritu Santo? : “Cristo es la Cabeza de la Iglesia”. Y si Cabeza de la Iglesia, la Iglesia es ese Cuerpo en el que se cumple la Palabra del Todopoderoso y Omnisciente Creador del Cosmos: “Buscarás con ardor a tu Esposo, que te dominará”, es decir, “será tu Señor”. En cuya Unión cobra Vida la Todopoderosa Palabra de YAVÉ DIOS PADRE  cuando dice: “Serán los dos, Esposa y Esposa, una sola cosa: un Ser Único, una Realidad  Indivisible Sempiterna”.

¿No fue ésta la Doctrina del Espíritu Santo que haciéndose Apóstol a la Imagen y Semejanza del Señor sembró la Semilla de la Vida eterna en las naciones romanas? ¿Qué falsedad enseñó la Esposa de Cristo a las naciones europeas? ¿Qué Evangelio distinto al que le fue Testado por su Esposo defendió Ella durante los 16 siglos transcurridos desde Su Resurrección? ¿De qué estaba acusando este siervo del Sembrador Maligno a la Esposa del Señor?  ¿Estaba manipulando la pornocracia de los siervos para matar a la Esposa del Señor?

En verdad esos siervos responderán de sus conductas, por cuyos actos fue blasfemado el Nombre de la Esposa, y el Juicio del Señor será acorde a Justicia. Pero el Juicio sobre quienes usaron esa perversión de los siervos para entrar en la Casa del Señor buscando  Matar a su Esposa, ¿cómo será?

Que Dios los coja confesados ese Día, porque es de justicia que el amo y sus siervos sean sujetos de la misma condenación. 

¿Quién es pues el que ignora lo que es el evangelio sino quien no entiende que Cristo es la Doctrina de Dios Hecha Carne, cuya Carne es la Iglesia Católica?, su Santa Esposa y Madre de su Descendencia, según lo dispuesto por Dios Padre desde antes de ser ambos concebidos, según lo escrito: “Tu Descendencia se apoderará de las puertas de sus Enemigos”.

Evidentemente esa Descendencia no se refería a la Casa de Abraham, pues su nación fue destruida por sus enemigos. Pero Sí a la Casa de Cristo, a Cuya Descendencia Legó en su Testamento la Victoria sobre los Enemigos de su Reino.

Este es el Evangelio de Dios por el que su Hijo entregó su Vida. Y siendo Todopoderoso dobló sus Rodillas ante la Sabiduría de su YAVÉ DIOS, su Padre, en cuyo Corazón la Esperanza de Salvación de la plenitud del Género Humano le fue confiada en Testamento a su Esposa, la Iglesia, de quien le vendría, como a Sara en su Vejez, esa Descendencia engendrada para Vencer. 

Obra Maravillosa desde el principio al Fin es la de Dios en su Hijo. Obra contra la que el Sembrador Maligno se levantó y contratando a siervos, a los que escondió bajo sotana, puso en sus bocas el veneno del Odio con el que conducirían a las naciones cristianas a la Guerra Civil Fratricida en la que han vivido desde la Rebelión Protestante hasta  finales del Siglo XX.

Si Zwinglio y sus hermanos en el Anticristo hubiesen conocido la Sabiduría de Dios se hubiesen cortado la lengua antes de proferir una sola palabra contra la Iglesia Católica, la Esposa del  Señor, Cristo Jesús: el Verbo hecho carne, el Evangelio, la Doctrina Viva de Dios en Cuerpo de Hombre.

 

6.-Porque Cristo Jesús es el jefe y capitán por Dios prometido a los hombres y por Dios enviado

 

Los siervos del Sembrador Maligno hacían suya la Cristología de la Iglesia para lanzándola contra la propia Iglesia levantarse como héroes delante de un pueblo de ignorantes y brutos, discapacitados intelectuales en las cosas del Cielo y de Dios.

La sotana fue la máscara que el Diablo les dio a sus siervos para Ocultar el origen de la luz que iluminaba sus rostros. Y aun así en sus palabras se descubre el desprecio al Hijo de Dios, cuya Gloria Divina reducen a ser un mero capitán y jefe de los ejércitos de Dios.

La Gloria del Rey Todopoderoso que Dios le ha dado a su Reino, a cuyos pies ha puesto toda su Creación y en cuyas Manos ha depositado YAVÉ DIOS PADRE la vida y la muerte de todos los pueblos de Su Creación, Jesucristo: Dios Hijo Unigénito, el Señor que con su Omnipotente Palabra le ordenó a  las infinita estrellas de los Cielos que ocupasen sus lugares en las Constelaciones del Firmamento… la Gloria del Señor de todo lo que existe en la Tierra reducida a la de un mero jefe y capitán. La Gloria del Todopoderoso Hijo de Dios que con su Brazo le aplastó la Cabeza al Príncipe de las Tinieblas y nos abrió el Camino al Árbol de la Vida Eterna, cuyo Fruto es el AMOR, la Gloria del Hijo por el que el Corazón de Dios Padre late, y su Espíritu vive en la Felicidad… reducida a la mera gloria de un capitán y jefe.

He aquí el evangelio del Zwinglio. A todo esto y a nada más que esto se redujo el nuevo evangelio de este siervo del Sembrador Maligno. El orgullo de los brutos y salvaje montañeses alpinos fue salvado, ensalzado, y glorificado gracias a este apóstol de este nuevo evangelio que bajó de su Trono al Hijo de Dios y lo rebajó a la altura de cualquier otro hombre, un mero capitán y jefe ... Eso sí, prometido a los hombres y enviado por Dios …

 

7.-… para que él fuese la salvación eterna y la cabeza de todos los creyentes. Estos son su cuerpo que, sin Él, sería un cuerpo muerto, incapaz de emprender nada.

 

En verdad únicamente quien jamás leyó a los Padres de la Iglesia podía asumir una sola palabra de este mensajero de las tinieblas como si este apóstol maligno estuviese predicando una doctrina jamás oída. Visto esto no es de extrañar que estos mensajeros cegasen a todos los pueblos que les siguieron cerrando la Puerta a los Padres de la Iglesia mediante el subterfugio de “la Sola Biblia”.

Evidentemente la Prensa apenas si se había inventado, y apenas un 1% de la población europea del momento sabía leer y escribir. Este detalle es ocultado por todos los historiadores del Siglo XVI. El analfabetismo de la población europea del siglo XVI era cuasi absoluto. Y no solo en las clases sociales bajas, sino que muchas de las casas pertenecientes a las clases aristocráticas firmaban con una X.

El Renacimiento, hoy tan célebre, fue un fenómeno de élites. Hoy nos maravillamos de los Miguel Ángel, Rafael, Galileo, y congéneres, pero en aquellos días, sobre el terreno,  el Renacimiento como el Humanismo fueron movimientos elitistas. La inmensa mayoría de la población europea era analfabeta, ignorante y, en consecuencia, bruta.

La Rebelión Anticatólica le cerró las puertas al Renacimiento en las naciones que aplastadas por el  Puritanismo Protestante cegaron las vías a la Difusión del Conocimiento de los Padres de la Iglesia, de un sitio, y del otro a la Herencia Filosófica y Científica Clásica. Tenían la Biblia, ya no necesitaban leer ningún libro otro.

El Delito contra la Civilización que, una vez la Imprenta descubierta, cometió la Rebelión Protestante cegando esas vías y  reduciéndolo todo a la Biblia, como si la Biblia hubiese sido descubierta y nunca antes conocida,  es un delito contra Humanidad que dando por fruto la Guerra de los Treinta Años pesa sobre la Conciencia de las naciones que cultivando en el futuro aquella ceguera y el odio correspondiente pusieron las bases de las Guerras Mundiales del Siglo XX.

El Cultivo de las Lenguas Clásicas que el Renacimiento con tanto esmero entregó al Humanismo, cultivo del que se esperaba producir una elevación de la Inteligencia Europea mediante el acceso de las naciones a la Herencia de los Padres y Ciencias Clásicas, fue traicionado por una Rebelión Anticristiana que se sirvió de la inmoralidad de unos siervos blasfemos para seguir encerrando a los pueblos cristianos en la brutalidad que procede de la ignorancia.

La manipulación contra Humanidad de quien tiene por Guerra Santa la destrucción del enemigo que se crea en su cabeza, y hace depender la vida de todo el universo de la suya propia, sembró en el Odio a las Naciones Católicas aquel Fanatismo que andando el tiempo las conduciría a todas al campo de batalla de Gog y Magog, en el que el Amo de tales Rebeldes confió destruir la Civilización Cristiana bajo las botas de Stalin e Hitler.

Parece natural que unos listos se aprovechen de la ignorancia de tanto analfabeto para montarse un sistema de vida en el que ellos serán los nuevos dioses, vivirán como tales y como tales matarán a todo el que se levante para arruinarles el negocio. Esto ha sido siempre así.

Los Elegidos del “Dios Oculto” de la Reforma Protestante mataron a muchos, y murieron descansando sobre las olas del mar de sangre que derramaron a la salud de sus egos psicópatas. Psicopatología que no admitía que nadie les dijera qué es la verdad y qué es la mentira. Psicopatología por la que ellos estaban en comunicación directa con Dios  y de Dios recibían la orden de matar a todo el que se opusiera a sus designios de destruir a la Iglesia Católica.

Del Diablo no se podía esperar otra cosa, pero de hombres criados por esa Iglesia…

El que nace de un Traidor se convierte en traidor. El Amo traicionó a Dios, sus siervos traicionaron a la Esposa del Señor. Como dijo el sabio: “Nada nuevo bajo el sol”. Porque decir que sin Jesucristo todo hombre está muerto, y pretender hacer creer que se dice algo nuevo diciendo “para que él fuese la salvación eterna y la cabeza de todos los creyentes. Estos son su cuerpo que, sin Él, sería un cuerpo muerto, incapaz de emprender nada”… suena a imbecilidad tan enorme que derivando de ella comprendemos la enormidad de la ignorancia en la que vivieron los pueblos del Siglo XVI.

En verdad Jesucristo es la Cabeza de toda la Creación por Disposición de su Padre. Él es Rey Sempiterno Todopoderoso, Juez Universal Omnisciente, Señor Omnipotente y Sumo Sacerdote Universal, Cabeza de la Casa de los hijos de Dios, de manera que todo lo que existe tiene vida por Amor a Él.

En fin, esta es la Doctrina del Espíritu Santo de “los Padres de la Iglesia”. Antes de que la Siembra Maligna comenzara en Alemania esta Doctrina ya estaba escrita; era el Legado de los llamados “Padres de la Iglesia”.

Sin embargo esta Tesis no está refiriéndose a esta Doctrina. Para nada. El ponente está desafiando al Espíritu Santo. Zwinglio no se refiere a la Gloria del Hijo de Dios, sino a la de Cristo, Cabeza de la Iglesia, Iglesia de la que adjura, y negando a Dios afirma que todos los hombres, siguiendo la demencia de Lutero y de sus discípulos, todos los hombres son sacerdotes.

¿Perdone?, ¿quiere decir que todos los Israelitas eran sacerdotes?

El Antiguo Templo de Jerusalén dio lugar a uno Nuevo, que bajó del Cielo. Cristo es este Templo. El Nuevo sigue recibiendo el Nombre del Antiguo, “la Jerusalén que bajó del Cielo” porque ese Antiguo fue el Prototipo del Nuevo.

El Antiguo Templo de Jerusalén fue el Corazón y el Alma de una Religión. Dios le dio forma a fin de que el Prototipo fuese el Original a cuya Imagen se levantaría el Nuevo.

Y así se hizo.  El Servicio Aaronita pasó y cedió su Lugar al Sacerdocio Católico, es decir Universal Pues sabemos que el sacerdocio Aaronita se limitaba al pueblo de Israel; pero el Cristiano se refiere al Universo de las naciones, tanto de este mundo como del mundo del que bajó el Hijo de Dios, y de aquí que  dado a conocer el Evangelio a los hijos de Dios de la Tierra  subiese a su Mundo a predicarlo a los hijos de Dios del Cielo, en sus Palabras: “Tengo otros Rebaños que es necesario que vengan a mí”.

Siguiendo con el hilo, en el Antiguo Templo el Sumo Pontificado pasaba de padres a hijos. En el Nuevo Sacerdocio Dios instaura un Sumo Sacerdote Eterno, que no pasando deviene Sumo Sacerdote Universal, Cabeza de todos los Sacerdotes Cristianos, todos siervos de Dios, un Cuerpo Santo al Servicio del Nuevo Templo, Templo Vivo, Eterno, en el que se adora a Dios y ante el cual únicamente el Sumo Sacerdote Divino puede mantenerse de pie ante Su Presencia.

Es este Nuevo Templo del que Cristo Jesús es la Cabeza de todos los sacerdotes que suceden al sacerdocio aaronita por Disposición Divina: y este Templo es el Templo que el Sembrador Maligno se dispuso a echar abajo. Y contrató  “al hijo de la perdición” a fin de que atacando su Edificio desde distintos puntos echasen abajo sus muros, abriesen puertas por donde entrar y acabaran con la Esposa de Cristo.

Muerto al Cuerpo, acabada la Cabeza.

Muerto el Cuerpo, Cristo quedaría impotente para seguir obrando en el mundo. En palabras de este discípulo del hijo de la perdición: Dios, sería un cuerpo muerto, incapaz de emprender nada. Que es lo que precisamente estaba buscando el  “Dios Oculto” de la reforma, amo y señor de este siervo, tanto del Suizo como del Alemán, del Inglés cuanto de sus otros hermanos de armas en el Anticristo.

La demencia consiste en echarle un pulso a Dios. Retar a Dios fue la perdición de aquel quien un día fue llamado hijo de Dios, por nombre Satán.

 

 

CAPÍTULO DOS

 

Es lo propio de las serpientes escupir su veneno. No en vano Dios llamó Serpiente a quien hasta entonces llamó hijo, y a quien vemos más tarde, aun habiendo soltado su veneno, presentándose ante  Dios como si nada hubiese pasado.

Los sabios de todos los tiempos en su ignorancia  tomaron la palabra de la Escritura al pie de la letra y donde Dios llamó “Serpiente” a Satán ellos vieron “una serpiente”. Y aun cuando está demostrado por los milenios vividos que las bestias no hablan, los sabios de todos los tiempos para salvar su ignorancia  afirmaron que todo fue una mentira, que jamás existió un sitio llamado el Edén… ni Dios existe… ni existe el Diablo.

Mas los hijos de Dios sabemos que la condición natural de los elegidos según el mundo es ponerse aquella máscara del Diablo que ocultó su verdadero rostro para presentarse como ángel que viene en nombre de Dios. Siguiendo esta política maligna, los apóstoles del evangelio del Odio incapaces para ver su verdadero rostro en el Espejo del Hijo de Dios, que el Diablo escondió tras la máscara de sabiduría bajo la que “ocultó” sus ignorancias, estos elegidos del Sembrador Maligno para llevar a cabo su Siembra de la División de las iglesias, medio para conducir a las naciones a las Guerras Mundiales de Gog y Magog,  no reconocieron nunca más Verdad que la propia y por ella se juraron meterle fuego al mundo, siguiendo en todo el ejemplo de Satanás, “su maestro, rey y señor”.

Zwinglio fue otro más entre los muchos que por su conducta fueron la antítesis de Cristo. Donde Cristo puso su vida antes que tomar la de sus enemigos, ellos pisaron el cadáver de sus críticos; donde Cristo puso Misericordia con el pecador, ellos pusieron la pena de muerte para todos los pecadores... Y basta: “Por su obras los conoceréis”. Y por sus obras digo que fueron miembros del Anticristo, su Señor y Amo. Y en obediencia a su Amo éste siervo del Sembrador Maligno escribió lo que sigue:

 

8.-De aquí se colige: Primero: Todos los que viven en Cristo como cabeza son sus miembros e hijos de Dios, o sea, la Iglesia o comunión de los santos, la esposa de Cristo, la «Ecclesia Catholica», es decir, universal.

 

La Doctrina del Dios es esta: Su Hijo es la Cabeza de todos los Poderes de su Reino. Jesucristo es la Cabeza de los ejércitos de YAVÉ DIOS PADRE; Jesucristo es la Cabeza del Tribunal de Justicia de Dios; Jesucristo es la Cabeza del Sacerdocio del Templo Universal en el que se Adora a Dios.  Jesucristo es Rey, Juez y Señor. Unos son sacerdotes, otros son soldados, otros son ministros, otros somos Ciudadanos de su Reino. Así que ¿de dónde procede este veneno por el que cada hombre es un dios, a la vez soldado, ministro, sacerdote y ciudadano del su Reino? ¿Cada hombre es rey, señor y sumo sacerdote de la Casa de Dios? ¿Es esto lo que significa ser hijo de Dios?

Necios, sabios de infinita ignorancia a quienes vuestro Amo y Señor OS VISTIÓ DE ENVIADOS DE DIOS, eso mismo que decís que sois es lo que pidió Satanás y le negó Dios, y en rebelión,  Satán, esa Serpiente Maligna, le declaró la Guerra a su Reino.  ¿En qué cabeza cabe que YAVÉ DIOS PADRE, Creador del COSMOS, cuya Perfección  supera la imaginación y la ciencia de todo hombre, conciba un Edificio Social sobre las bases de un Individuo que al mismo tiempo es rey, juez, sacerdote, ministro, pastor, y ciudadano? ¿Habéis perdido el juicio? ¿Acaso merece la pena discutir semejante tesis?

Si estuviésemos entre aquella masa de bestias brutas que llenaron los Alpes suizos en el siglo XVI ciertamente la pena de muerte sería nuestra condena. Es el pago del Diablo contra sus enemigos. Que pagaríamos con gusto, pues la gloria de los santos es el Paraíso; pero el pago del Diablo a sus siervos es el Infierno. Así que si aún hay algún demente que se crea rey, señor, juez, sacerdote, ministro y ciudadano, es decir, un clon del Hijo de Dios en persona, que dé un paso adelante.

Discutir esta tesis es hablar con un demente. Sigamos analizando su demencia:

 

9.- Segundo: Así como los miembros corporales nada pueden si no son regidos por la cabeza, tampoco puede nadie nada si está en el cuerpo de Cristo sin su cabeza, que es Cristo.

 

En efecto, por esto la Destrucción de la Iglesia, del Sacerdocio Católico, del Cuerpo de Cristo: fue la prioridad del Diablo, matando al Cuerpo hacía de su Cabeza, Dios Hijo Unigénito, un Poder sin fuerza en la Tierra.

Y aquéllos enviados del Infierno cumplieron a la perfección con su trabajo al servicio del Sembrador Maligno, su Amo.

Si no consiguieron su objetivo no fue por las ganas que pusieron los esclavos de la Serpiente, por cuyas bocas el Veneno se esparció en abundancia por toda Europa, conducida como una bestia a la Guerra Fratricida de los Treinta Años.

¿Necios de infinita sabiduría, cuál será sobre vosotros el Juicio del Todopoderoso y Omnisciente Jesucristo en el Día de vuestro Juicio?

Necios enviados del Diablo que os hicisteis pasar por Enviados del Señor Jesucristo, ese Enemigo al que pretendisteis destruir destruyendo su Cuerpo en la Tierra, queriendo salvar el Honor de Cristo os comportasteis como el loco que para acabar con su dolor de cabeza se decapita.

Yo digo que temblareis de espanto cuando el Señor cuya Esposa buscasteis destruir, y a cuyo pueblo condujisteis a la Guerra Civil, os despierte de los muertos y os llame a responder de vuestro servicio al Diablo.

Y ay de vosotros todos los que acogisteis en vuestros pueblos el Veneno de la Serpiente como Miel bajada del Cielo. Si a vuestros descendientes les queda aún un gramo de inteligencia os arrancarán de la lista de sus ancestros.

Pero el delito de los siervos del Sembrador Maligno, dando por muerto el Cuerpo descolgada de la Cabeza, se consumó  cuando en su locura se plantearon crear un nuevo cuerpo a la medida de cada uno, de los que ellos serían sus cabezas... Y la cabeza de ellos sería Cristo, elevándose de esta manera a la condición de los dioses a la manera que la Serpiente le dijo a Adán: “Serás como los dioses”.

Adán lloró en gritos que subieron al Cielo cuando comprendió el Engaño y la Traición de la que fue sujeto. Aquellos siervos del Diablo no lloraron sino que bailaron el baile del Infierno sobre los millones de cadáveres de Cristianos sobre los se edificaron cuerpos, y sobre los que ellos serían sus cabezas ... y las cabezas de ellos serían Cristo, y la Cabeza de Cristo es Dios... Ergo, ellos eran dioses y como tales tenían en sus manos el Poder de la Vida y de la Muerte. Y en ejercicio de esta divinidad alcanzada en vida este siervo de Satanás hablaba así:

 

10.-Si ya actúan los hombres neciamente cuando sus miembros obran sin contar con la cabeza y en consecuencia se hieren entre sí y salen perjudicados, igualmente obran neciamente los miembros de Cristo si intentan emprender algo sin su cabeza: Cristo. Lo que hacen es herirse a sí mismos y sobrecargarse con leyes imprudentes.

 

¿Quién es este que sujeta el Comportamiento de quien es Dios Hijo Unigénito a la conducta de seres que no somos más que un pedazo de barro cuya existencia depende de la Palabra de Dios?

¿Quién es este necio que habla de Dios como si fuese un simple mortal al que se le puede encadenar y poner de rodilla?

En lugar de seguir el ejemplo del Cristo del que habla, en lugar de gritar VADE RETRO SATANÁS, este  necio, como Lutero, como Enrique VIII, como Calvino, se puso de rodillas al precio de ser dios por un día. En su vanidad exenta del poder de la cabeza, escribió:

 

11.-De aquí procede el que veamos cómo los preceptos promulgados por gente que llamamos «clérigos», referentes a su boato, sus riquezas, su rango, sus títulos y leyes son la causa de toda necedad; porque no concuerdan con la cabeza.

 

De la serpiente el veneno en verdad.

 

 

CAPÍTULO TRES

 

No es un fenómeno de hoy el que la Fuerza de la Opinión Pública ejerza una influencia decisiva en el comportamiento de los individuos, las naciones y el mundo. A lo largo de los siglos de la Europa Moderna la Fuerza de la Opinión Pública ha sido una realidad tan importante como  para llegar a ser incluso determinante en nuestros días.

Tiempo atrás hubiera sido difícil descubrir la fuente de dónde comenzó a surgir este fenómeno, al día de hoy el mejor aliado de los Poderes Privados y Públicos.

El estudio de la psicología de los pueblos nos conduce a creer que la Opinión Pública como Fuerza al servicio de los Individuos y Estados es un producto peculiar inherente a la naturaleza de la génesis de la Sociedad. El sistema social creado se ha basado de siempre en una expresión inmediata explicativa de los movimientos internos y de las expectativas que nuestra inteligencia levanta a raíz de nuestra comprensión de la naturaleza del Tiempo.

Podemos creer, y no nos equivocaríamos, que la Opinión Pública brotó de fuentes antisociales ligadas a los intereses ocultos de los Individuos y Grupos a cargo de la Administración de los Poderes del Estado. Con el fin de identificar su Gobierno con el Estado Creado por todos y ligar el Futuro de la Sociedad al futuro de la relación con el Poder que se les ha confiado para su Administración, los Partidos Políticos y Organizaciones  Privadas sobre las que se sostienen esos Partidos, en defensa de su status quo alimentan y siembran ideas que se apoderan de los corazones, nublan el pensamiento, esclavizan  a los espíritus y los transforman en medios anónimos sobre cuyas cabezas alcanzar esos fines privados que los Administradores  escriben para  ser su historia, su epopeya, su odisea, su épica.

Creada la semilla de la Opinión Pública sus propiedades y características tienen relación exclusivamente con sus creadores, quienes sirviéndose de los Poderes del Estado expanden su creación hasta alcanzar círculos cada vez mayores. La magnificencia de su fuerza se medirá por su victoria sobre la oposición que habrá de vencer la Opinión Pública hasta arrastrar a las masas al punto de ponerse de rodilla ante la Imagen Artificial sobre la realidad creada en beneficio de sus autores. La realidad de la imagen que inyectan en los pueblos no necesita tener una concordancia con la Realidad que esconden de nuestros ojos aquéllos que le dieron forma para de conseguir por todos los medios el fin que buscan. Una vez la bomba desatada su Fuerza se extiende sobre infinitos círculos hasta moldear el comportamiento  de un modo planificado y exponencialmente teledirigido hasta alcanzar el fin deseado.

Aunque el Poder se enriquece a medida que va creciendo y se alimenta constantemente de la experiencia de mentes cada vez más libres y fuertes, que, si bien a su vez son permeables al bombardeo de las transformaciones de los tiempos, la existencia de espíritus independientes le permite a la Sociedad contar con hombres que no sólo no se dejan influir por esas bombas  sin núcleo natural, sino que además por la propia fuerza de sus inteligencias reaccionan contra ellas con invencible energía. Gracias a su batalla contra los intereses privados de esos grupos de Poder que hacen de los Estados palancas a su servicio para alcanzar el olimpo de sus utopías egocéntricas, la Civilización se mueve sobre un campo de acción en metamorfosis incesante. Gracias a ellos lo que en un principio fue creado y lanzado para moldear el comportamiento de pueblos y naciones aborta como doctrina para convertirse en burbujas sin consistencia histórica.

Siendo la Opinión la razón de los ignorantes el fenómeno de su manipulación, en lugar de combatirla y elevar la razón al estadio de la Inteligencia, no puede suponer ni deja de ser un delito de los Poderes Privados y Públicos contra el Futuro de la Civilización y el Bienestar de la Sociedad.

Obviamente la Fuerza de la Sociedad para enfrentarse a la deriva de la Civilización en manos de Grupos de Poder  estacionados en egos ajenos al Tiempo Universal ha ido creciendo en la medida que lo ha ido haciendo ese Poder. La Historia de la Civilización es un libro abierto del que aprender  cómo se ha ido formando este Fenómeno que llamamos la Opinión Pública. Pero es en el Siglo XVI, con la ayuda de la Imprenta, recién salida de la fragua de Prometeo,  que  con más potencia y claridad podemos detectar la influencia y el uso de esta Fuerza.

Innecesario es afirmar que la Imprenta fue el Motor sin el cual lo que hubiera podido quedarse en la rabieta de un abogado frustrado metido a fraile se transformó en una verdadera Rebelión de Masas. Y aunque personalmente yo dude mucho de  la Opinión de las Universidades sobre haber sido la rebelión Luterana el Principio de la Edad Moderna, que, pinchando esa burbuja debe verse y veo en el Descubrimiento de América, no deja de ser cierto que la Edad Moderna, centrada en el Nuevo Mundo, al enajenar de los acontecimientos europeos la Plenitud de la Fuerza del Ejército y Estado más Poderoso del momento, el Estado y Ejército Español, hizo posible lo imposible, que una rebelión aislada se convirtiera en un maremoto de proporciones fratricidas colosales.

El Descubrimiento de la Imprenta al servicio de la Opinión Pública Europea, y el Descubrimiento de las Américas al servicio de la Civilización, privando a Europa de los mejores teólogos y capitanes del momento, fueron los brazos que le abrieron las puertas a una Europa sin Núcleo Divino.

Ahora bien, quien impone su idea, sea por las buenas o por las malas, es quien escribe la Historia de los acontecimientos vividos. Y así fue que una Opinión Pública basada en una reacción sangrienta contra la Curia Vaticana desencadenase un Mal Mayor que el Mal que pretendió curar.

Pero independientemente de estas fuerzas naturales los historiadores de la Reforma cerraron los ojos a la Gran Verdad en juego. La Reforma Protestante se trataba de la Ruptura y Destrucción de una Civilización fundada sobre una Religión Universal que durante quince siglos moldeó el pensamiento de las naciones europeas. Éste y no otro fue el fin hacia el que fue puesto en movimiento la Rebelión Protestante del Siglo XVI.

Y al cerrar los ojos a la Gran Verdad, que el Movimiento  teledirigido hacia la Guerra Fratricida de los 30 Años, tuvo al Cristianismo por Castillo a derribar, los historiadores, tanto Católicos como de las iglesias nacidas de aquella Rebelión contra la Civilización Católico-Europea, se olvidan de un detalle fundamental, de primerísimo orden: El Cristianismo fue fundado por Dios y su Hijo, así que la pregunta es de Necesidad: ¿Cómo pudieron unos y otros alienar a Dios de la Contienda? ¿Cómo se ha podido escribir una Historia del Siglo XVI sin comenzar su Viaje contando con la Presencia del Dios Creador de la Civilización Cristiana, y tratar los acontecimientos como si el Hijo de Dios estuviese muerto y su Resurrección hubiese sido sólo eso, una leyenda?

Ergo, asumida como Realidad la Historia del Género Humano en cuanto que un Capítulo en la Historia de la Creación del Universo, y la Fundación del Cristianismo y de la Iglesia en tanto que un Capítulo en la Historia de la Vida del Hijo de Dios, ¿bajo qué presupuestos se puede penetrar en el misterio del Origen de la Reforma alienando de sus fuentes la existencia del Enemigo de Dios y de su Reino?

¿Después de la Resurrección dejó de existir el Enemigo contra quien se escribieron estas palabras? : “VADE RETRO SATANÁS”.

Infiriendo: ¿Mintió el Hijo de Dios en su Revelación Final, ese librito apocalíptico con el que cerró Dios su Libro, profetizando la Liberación de ese Satanás en forma de Sembrador Maligno?

¿Mintió YAVÉ DIOS PADRE en su Hijo profetizando la Siembra Maligna?

Recuérdese que “el espíritu de Jesús es el espíritu de la profecía? Y después de Él no ha conocido el mundo más profeta.

La Profecía es un Atributo del Ser de Dios. Ningún profeta habló jamás en nombre propio. Hablar en nombre propio hubiese sido una acción esquizofrénica egolatrizante maligna.  El Profeta fue y es YAVÉ DIOS PADRE. ÉL fue el Señor de los Profetas. Sea porque siendo Todopoderoso y Omnipotente puede anunciar lo futuro en presente, sea porque siendo Omnisciente e infinitamente Sabio conoce los efectos en el futuro de las causas presentes, no existe Profeta fuera de YAVÉ DIOS PADRE. La profecía es un Atributo de su Espíritu. De aquí que cuando con toda Naturalidad el Siervo de Dios escriba: “El espíritu de Jesús es el espíritu de la profecía”, no esté hablando de un profeta por encargo, sino de un Profeta por Espíritu, es decir, de la misma Naturaleza de YAVÉ DIOS, su Padre.

Con “Jesús” los Profetas pasan a la Historia.

No será la profecía lo que distinguirá a la Nueva Religión; serás el espíritu de Inteligencia, que comienza inmediatamente a manifestarse y alcanza su status natural cristiano en San Agustín. La propiedad, el atributo que  le será la esencia y sustancia al Cristianismo será el espíritu de inteligencia. No en vano todas las ciencias y las artes, el derecho y la jurisprudencia encontraron en la Civilización cristiana campo fertilísimo, hasta el punto que podemos decir, sin complejo de ningún tipo, que sin el Cristianismo el mundo no hubiera superado la Caída y Destrucción de la Civilización Romana.

Sin la Iglesia el Viaje de la Civilización desde Egipto, Sumeria, Babilonia e Israel al Renacimiento Europeo nunca se hubiese producido.

Sin el Cristianismo aquella Carrera de Relevos en el que la República Romana recogiera de la Democracia Griega el Testigo de la Civilización, sin la Intervención de la Iglesia Católica en la Historia del Mundo la Civilización nunca hubiese superado la Caída del Imperio. El Género Humano hubiese sido enterrado definitivamente bajo la piel de una bestia suicida que no dejaría de matar hasta devorarse a sí misma.

Resulta pues un fenómeno sorprendente que los actores de los acontecimientos religiosos del Siglo XVI y sus historiadores, tanto de uno como de otro bando, dejasen de lado, alienasen de la Contienda lo que hace del Cristianismo la Única Religión Verdadera del Universo: La Presencia de Jesucristo a la Diestra de YAVÉ DIOS PADRE, y de SU Imperio sobre el desarrollo de los acontecimientos que el Diablo, el Enemigo del Hombre y de Cristo, estaba dirigiendo hacia el fin en su cabeza forjado : La destrucción de la Casa que el Hijo de Dios fundó en la Tierra y sus Hermanos en el Espíritu edificaron… hablo de la Iglesia Católica.

Iglesia contra la que Ulrico Zwinglio se levantó, y dirigiéndose a sus paisanos con la misma astucia de aquella Serpiente que se acercó a Eva afirmando venir en nombre de Dios, curiosamente venía para destruir lo que Dios creó.

Porque en la cabeza de aquellos enviados del Enemigo de Cristo estaba que Dios había decretado la destrucción de la Casa Fundada por el Hijo de sus entrañas increadas, y elegía para que le edificaran casa acorde a sus mentes y  naciones a estos nuevos apóstoles, quienes declaraban falso el Evangelio del Espíritu Santo, según el cual la Iglesia Católica es la Esposa del Señor Jesús, ese mismo Jesús del que se lee que su Espíritu es el de la Profecía, de manera que no hay Profeta después de Él, y siendo el Hijo de Dios por su Palabra el Futuro deviene Presente. De aquí que cuando se diga “Dijo Dios”, se escriba inmediatamente, “y así se hizo”, sin importar el viaje de la Palabra a la Acción Consumada. Y aquí es donde está la Fe: NO en el Conocimiento de cómo se hacen las cosas sino en la Creencia todopoderosa de que la Palabra de  Dios es Dios.

El Conocimiento que conduce a la Vida Eterna es el Conocimiento perfecto del Hijo de Dios. Que se hizo carne para que el Evangelio no fuese  una doctrina religioso-filosófica y sí una contemplación en vivo de sus fundamentos. Este es el Evangelio del Espíritu Santo que el Testador legó a su Esposa y sin cuya firma no puede haber otro, ni lo hubo ni lo habrá.

Saltándose este Conocimiento tanto Lutero como Zwinglio y Calvino trajeron otros evangelios en lo que ellos vinieron a ser la cabeza de sus iglesias, y quien tuviese la propia, es decir, no pensase como ellos, eran ipso facto  condenados a muerte.

La inteligencia de las naciones europeas en aquel siglo no era precisamente muy elevada. El Renacimiento fue un movimiento típico Latino que no llegó a Alemania. De haber seguido la Historia su curso natural también hubiese llegado. El Odio contra la Civilización Católica exorcizó esa influencia.

La Imprenta al servicio de la Reforma, en razón del analfabetismo y la ignorancia de las masas hizo del evangelio del Odio Protestante la Fuerza creadora de una Opinión Pública descarnadamente expuesta a los bulos contra el Evangelio del Espíritu Católico; fuerza y opinión que  le sirvieron a Lutero y sus consiervos de caballo de Troya.

 Siguiendo con su ataque de Separación de Cristo Jesús de su Iglesia, habiendo visto en las tesis anteriores que el fin buscado por los Reformadores no era otro que crearse una iglesia propia sobre la que  erigirse cabezas de ellas, sueño que Enrique VIII realizó, Zwinglio siguió escribiendo:

 

12.-Por eso obran neciamente, aunque no por causa de la cabeza (ya se realizan esfuerzos, mediante la gracia divina, para restablecer el valor de la cabeza), sino que decimos del obrar necio porque ya no estamos dispuestos a soportarlo, sino que deseamos escuchar solamente lo que la cabeza dice. (Hablando de: los preceptos promulgados por gente que llamamos «clérigos», referentes a su boato, sus riquezas, su rango, sus títulos y leyes, causa de toda necedad)

 

La egolatría que expone en esta tesis el Suizo no tiene desperdicio. La intención subliminal oculta que descubre, no lo tiene menos.

Zwinglio sólo quiere escuchar lo que la cabeza le dice, pero no  esa Cabeza del sacerdote, que él lo era, sacerdote, y que es Cristo Jesús;  Zwinglio sólo escuchaba lo que su propia cabeza le decía porque él daba por supuesto que su Cabeza era Cristo, y en definitiva él era Cristo; y siendo su cabeza la del Cristo todo el mundo debía escucharle a él, porque cual Cristo lo estuvo y él también estaba en comunicación directa con Dios. No sabemos por cuál línea, pero se entiende que Zwinglio sólo quería escuchar lo que su cabeza tenía que decirle porque su cabeza era Cristo, y Cristo le decía que tenía que destruir a la Iglesia Católica y condenar a muerte a todos los católicos… si no se ponían de rodillas ante él. Al final de sus tesis, ya lo veremos, el “divino Cristo Suizo” rebaja la pena de muerte a la condena de ser reducidos los católicos a la condición de perros abandonados en las calles… en ejercicio de caridad cristiana hacia esos herejes irreciclables.

De donde se ve que el Sembrador Maligno Suizo daba por supuesto o bien que su cabeza era la de un dios, ergo: infalible y omnisciente, o bien que alguien le hablaba a su cabeza y él escuchaba y seguía la palabra de la Voz que le entraba por esa cabeza. Según su parecer el obrar neciamente de la Curia procedía de no escuchar la voz de quien le hablaba a su cabeza y le decía lo que debía hacer. Esa Voz era la única que él quería escuchar, y siendo él el mensajero de esa “Voz Oculta” que a nadie más que a él le hablaba, todo el mundo debía escucharle a él para obrar rectamente. Porque:

 

13.-Oyéndola, se aprende a conocer la voluntad de Dios en forma clara y precisa, y gracias al Espíritu de Dios el hombre es atraído hacia Dios y transformado en ÉL.

 

Observemos que no dice “leyéndola”. Zwinglio insiste: “oyéndola”.

Oyendo la Voz que le hablaba a su cabeza Zwinglio se sentía en comunicación directa y viva con Dios, quien le daba a conocer su voluntad, que era destruir la Fe Católica y ese Evangelio de la Iglesia Romana que durante 16 siglos, comenzando su Viaje desde y por el propio Jesucristo, se había extendido por todas las naciones del Viejo Mundo y en esos días ponía sus pies en el Nuevo.

Los pies de la Iglesia son los pies de Jesucristo, y en aquel Siglo por fin los ponía en el Nuevo Mundo, de cuyas plantas nacieron las iglesias de la América Latina.

¿Acaso estaban ciegos aquéllos Reformadores, o no querían ver el Milagro del Descubrimiento del Nuevo Mundo?

¿Pero de qué evangelio estaban hablando aquéllos siervos del Enemigo de Cristo? ¿De verdad creyeron que mientras el Señor hacía suyo el Nuevo Mundo Dios entregaba a su destrucción el Mundo que tanto trabajo le costara levantar de las ruinas del Imperio Romano?

La Voz que les hablaba directamente a los Reformadores y Divinos y los ponía en comunicación directa con ese “Dios Oculto” del que recibían la Voluntad de Dios: destruir la Casa de Cristo en la Tierra, ¿no era la Voz de aquella Serpiente que con su veneno convenció a Eva a declararse por la Guerra una vez disfrutado del Amor?

 

14.- Por esta razón todos los cristianos deberían poner su máxima atención en que en todo el mundo sea predicado únicamente el Evangelio.

 

En el Evangelio está escrito que la Iglesia edificada por el Espíritu Santo de los Apóstoles es la Esposa del Señor, Ese Jesús del que se dice que su Espíritu es el de la Profecía y  cerrando Dios su Libro una vez revelado que el Hijo de Dios es Dios Verdadero de Dios Verdadero: se  cerró la Edad de los Profetas. Ya nunca jamás conocería el Mundo otro Profeta.

Este es el Evangelio de los Apóstoles que la Iglesia heredó. Y vivió en el conocimiento de que los Milagros y los Profetas pertenecían a la Biblia. En adelante era el espíritu de inteligencia en  el Hombre el que debía luchar por la Civilización y la salvación del género humano. Lucha que no estaría exenta de tensiones y revoluciones, que ya se manifestaron en la Edad de los Apóstoles. San Pedro el primero en manifestarlo cuando dejó escrito  “vuestra Fe probada, más preciosa que el oro, que se corrompe aunque acrisolada por el fuego”. Corrupción de la que la Historia de las Iglesias hace maravilla por su continuidad “para alabanza, gloria y honor de Jesucristo” su Fundador, el mismo que abriendo su Fundación profetizó que su Casa sería expuesta a la prueba de maremotos, terremotos, tormentas, diluvios y toda suerte de tragedias, en cuya Victoria celebrarían en alabanza su gloria y su honor. 

¿Acaso no sabían esto quienes tenían, como el Suizo, comunicación directa con Dios?

Declarándose Infalibles y Omniscientes, pues si su Cabeza era Cristo y Cristo es Dios, siendo ellos su cuerpo participaban de su Infalibilidad y Omnisciencia, según lo dice la lógica, ¿no sabían Ellos leer con  “la razón clara” lo que le había sido dado a conocer Dios Padre a su Hijo, y para los Oyentes devenía en Profecía, a saber, que su Iglesia, su Casa en la Tierra, la que ÉL construiría, sería expuesta a toda clase de enemigos que se alzarían a muerte para echar abajo sus muros, saquear sus tesoros y reducir a escombros el Edificio del Nuevo Templo?

La Historia del Cristianismo, de la Civilización Cristiana, de Europa y del Mundo estaba escrita.  La Memoria de los 16 siglos pasados desde la Encarnación y la Resurrección hasta los días de la Siembra Maligna estaban registradas y abiertas su lectura a todas las universidades europeas. Bastaba abrir esos libros para ver en qué manera y de qué forma la Casa fundada por Jesucristo había sido expuesta hasta entonces a ataques mortales de necesidad. Todos los estudiantes de Teología del momento estaban al corriente de la Historia de la Iglesia y de la Civilización Europea desde el Siglo de Cristo al Siglo de los Reyes Católicos. Creer que lo que no consiguiera el Imperio Romano ni el Imperio Musulmán durante siglos pudiera conseguirlo la Liga de las Naciones Protestantes sólo le cabía en la cabeza al Diablo. Obviamente por necesidad el Príncipe de la Muerte debía hacer lo que le era natural, destruir la Casa de su Enemigo, Jesucristo. Su Demencia no tenía cura. Creyó que podría poner de rodillas a Dios sobre el cadáver de su hijo Adán, después creyó que podría poner de rodillas a su Hijo delante de los reinos de este mundo, y seguía creyendo que podría destruir la Casa der Dios en la Tierra mediante la División Fratricida de las naciones europeas gracias a la Reforma. Todo natural en quien había elegido por voluntad propia ser príncipe en el Infierno que Ciudadano en el Reino de dios, como todos los hijos de Dios hicieron al poner sus coronas a los pies del trono de Dios, abdicando en  Honor de la Gloria del Hijo Unigénito y Primogénito de YAVÉ DIOS PADRE, Nuestro Rey Jesucristo; pero absolutamente antinatural en quienes siendo hijos de hombres y mujeres se pusieron como objetivo de sus existencias destruir lo indestructible: La Casa que el Hijo de Dios le edificó a su Padre en la Tierra. Esta demencia, creer que podrían retar a Dios y a su Hijo,  fue la que el “Dios Oculto” de Lutero  le comunico a sus apóstoles del Odio a Muerte. Demencia contagiosa que se expandió por todas las naciones europeas. La Semilla dio su fruto, y  produjo la Guerra de los 30 Años, herida incurable que siempre abierta acabaría conduciendo  al Mundo a la Guerra Mundial Absoluta de la que esperaba obtener el Príncipe del Infierno la destrucción del Género Humano.

 El “Dios Oculto” necesitaba mantener escondida su verdadera naturaleza a los ojos de sus siervos. Cegados éstos por la gloria de quienes  conseguirían vencer al Hijo de Dios, destruyendo lo que Él creó, siguieron adelante  sin pararse a comprender que Caín era el Modelo de cristiano que estaban implementando a medida que desplazaban más y más a Cristo de la conciencia de Europa.

Buscando la salvación de unos pocos, la de los Elegidos por Dios para el Cielo, predestinados DESDE ANTES DE LA ETERNIDAD PARA LA VIDA ETERNA en el Paraíso, trabajaron para la destrucción de muchos.

 

15.- Porque nuestra salvación consiste en creer en el Evangelio y, por el contrario, nuestra condenación consiste en la incredulidad. Y es que el Evangelio contiene claramente toda la verdad.

 

Y la Verdad, toda la Verdad y nada más que la Verdad es ésta: Que el Señor, Cristo Jesús, es el Esposo de la Iglesia Católica. Y quien se alza contra la Esposa se alza contra su Esposo.

¿Acaso no está esto escrito? ¿O será que el Suizo no sabía leer? Porque escrito está: “Donde hay Testamento es necesaria la muerte del Testador”. De donde la pregunta siguiente: Quién no tiene Esposa ni Hijos ni familiares a los que dejar Herencia ¿qué Testamento debiera firmar?

Luego si hay Testamento y Muerte del Testador, hay Esposa y Descendencia. La primera a la manera que estuvo Cristo en Eva, y la segunda a la manera que lo estuvo Isaac en Sara.

Sobre la primera dijo Dios: “No prevalecerán contra Ella las puertas del Infierno”, y sobre el segundo: “Se adueñarán de las puertas de sus enemigos”.

Quien testa es Dios, y como desde el Principio existe el Fin, la Esposa como la Descendencia estaban en Presente en el Ser del Esposo aunque en el Tiempo fuese Futuro.

Destruir a la Madre en la Esposa era destruir a su Descendencia.  El fuego de la Voz del “Dios Oculto” que les hablaba a los Reformadores en sus cabezas tenía este destino: Matando a la Esposa el Diablo mataría en las entrañas a esa Descendencia nacida para vencer a todos sus enemigos, y cuyo Nacimiento “la creación entera aguardaba expectante”

Lejos estaban los Reformadores de este Evangelio del Espíritu Santo “hablado en privado entre los perfectos”.  

 

16.-En el Evangelio y del Evangelio se aprende que las doctrinas y los preceptos humanos no ayudan en absoluto para salvación.

 

Contra esta Voz del “Dios Oculto” de los Reformadores basta  traer al frente la Voz del Dios Visible, cuando dijo  y dice: “Si no vierais las Obras que hago en nombre de mi Padre no creeríais”.

¿Veis en qué manera las obras son necesarias para la Salvación de las almas?

Cristo no vino a salvarse a sí mismo, sino a salvar a los demás. Cristiano es aquel que sigue su Ejemplo y acorde a su Evangelio realiza obras a Imagen y semejanza de las del hijo del Hombre en beneficio de la salvación de las almas de quienes no lo han conocido o de quienes aún no creen. Quien niega el Valor de las obras realizadas en Cristo para la Salvación del Género Humano niega a Dios, rechaza a Cristo y se convierte en un Anticristo.

Cristo no necesitó de obra alguna para ser salvado. El Cristiano no necesita de las obras propias para ser salvado, ha sido salvado por las obras de Jesucristo. Siendo Su proyección en la carne, el Cristiano vive según el mismo Principio de la salvación por las obras realizadas por el Hijo de Dios en el Hombre. Este es el Evangelio del Espíritu Santo. Es el Evangelio de la Iglesia desde su Nacimiento. Y será su Evangelio por la eternidad.

Dicho esto: ¿Cómo podía al anticristo sonarle a Palabra de Dios la Carta de Santiago Apóstol? : “La Fe sin las obras de Cristo es fe muerta”.

¿Qué obras son esas sino? : “Dad de comer al hambriento, vestid al desnudo, cuidad a los enfermos, socorred a los huérfanos y viudas, no matéis, no adulterareis, no envidiéis, no juzguéis a vuestro prójimo, perdonad, amad a vuestros enemigos, no robes, no testifiques en falso, ama la paz y la justicia, sed misericordiosos, amad a Dios sobre todas las cosas y a vuestro prójimo como a vosotros mismo, honra a tu padre y a tu madre, santifica el domingo, ama a tus hermanos, conduce a la Fe a tus hijos…”

Este es el Evangelio de la Iglesia, heredado de su Esposo y defendido y expandido por las cuatro regiones de la Tierra.  Cada cual responde de sus obras.

Si por ellas se pierden las almas, por ese delito serán juzgados, sean papas, cardenales u obispos.

Si por tus obras salvas el alma de tu prójimo, por su alma serás honrado y alabado delante de Dios.

Y si por la salvación de un alma son borrados los muchos pecados de un hombre, así está escrito, y acorde a esta Palabra seremos juzgados todos los hombres, Siervos como pueblo de Dios, la realidad es obvia: Por la condenación de tu prójimo a causa de tus obras, pensamientos y palabras serás condenado tú. La sentencia contra ésos que pierden a los demás y se creen blindados por la Fe está escrita: “Apartaos de mí obradores de iniquidad”. Que cada cual pues se juzgue a sí mismo antes de ser levantado de entre los muertos.

Y bienaventurado aquel a quien el Señor no le imputa delito.

 

 

CAPÍTULO CUATRO

 

Zwinglio dixit:

a) son las autoridades civiles y no el obispo quienes deben detentar el poder aun en materias espirituales; y la Biblia, y sola ella, ha de trazar la pauta de la reorganización de toda la vida ciudadana.

 

 Tras leer esta programa lapidario contra la Libertad Social, el Crecimiento de la Civilización y el derecho del Creador a dirigir su Creación  en el Tiempo acorde a su Sabiduría y Amor por la Vida que Él mismo crea, todo lo que queda es quemar las 67 Tesis de este autor demente que quiso encerrar al Género Humano entre las pastas de un Libro cuyo  Fin Sagrado es levantarle la cabeza al Hombre, dirigirlo a su Creador, y ahí  cumple y consuma la Biblia su función Divina.

Una vez  el Creador y su Creación unidos por el Amor a la Vida de ambos, la Biblia alcanza su Gloria, su Maravilla, su Divinidad. Porque no es sólo Dios quien ama la Vida del Hombre, sino el Hombre quien ama la Vida de Dios. El Amor del Creador a su Creación y de la Creación a su Creador es una Fuerza Viva de Poder eterno e infinito. Quien ama al Creador y odia su Creación es enemigo de ambos. Una persona que pretende levantar un Muro intraspasable entre Creador y Creación, haciendo de la Biblia ese Muro, ese hombre no viene de Dios, ni habla en nombre de nuestro Creador, ese hombre es un pobre diablo que en alguna parte de su recorrido existencial perdió los papeles y para compensarlo reclamó Poder Absoluto, pidiendo para él ese Poder que le corresponde a la Iglesia en el terreno del Espíritu.

A las autoridades civiles, dice, les corresponde la Autoridad sobre el Espíritu”. Este pobre diablo, consciente de que nunca podría detentar ese Poder Espiritual que le pertenece a Cristo y sólo a Cristo, siendo Jesús su Cabeza y la Iglesia Católica su Cuerpo,  quiere alzarse con ese Poder mediante un golpe de estado religioso contra la Autoridad Civil. Y una vez encumbrado en ella reclamar la Autoridad de Cristo para desde el Poder de la espada condenar a muerte a todo el que se oponga a su Teocracia.

Esta es la Lectura del Programa del Reformador Suizo. No hay otra. Lo dice letra por letra, su Intención era ser un dios, y conocedor del bien y del mal, ser igual a los dioses de los que hablándole a Eva quiso la Serpiente que Adán fuese.

El Suizo no se corta un pelo, pero lo que más admira es ver la brutalidad de sus paisanos alpinos quienes teniendo este programa anticristiano delante de sus ojos se pasaron a su bando y se entregaron a la guerra civil, emulando a Caín.

Se entiende que para alcanzar este poder, ser un dios, el Suizo debiera lanzar un ataque frontal contra quien recibió de Dios la Autoridad en el terreno religioso en el seno del mundo cristiano. Su siguiente tesis lo confirma:

 

 

17.- Cristo es el eterno y único Sumo Sacerdote. De esto colegimos que quienes se han proclamado «Sumos Sacerdotes» no solamente se oponen a la gloria y el poder de Cristo, sino que incluso le desechan.

 

Volvemos a lo mismo.  ¿Si el Sumo Sacerdocio, su propiedad existencial, cual se ve en el Templo del Jerusalén Bíblico, se basa en ser el único sacerdote que se acerca a Dios, a quién otro le podía corresponder este Sumo Sacerdocio Eterno sino a quien está en Dios, su Hijo Amado?  

Por Naturaleza Divina Jesucristo es, en este orden, Sumo Pontífice Eterno. Pero los hombres, creemos, tal vez los Protestantes no lo son, somos mortales. No que nuestro espíritu pueda morir, pues habiendo sido Creados a la Imagen y Semejanza del Hijo de Dios  participamos en su Inmortalidad mediante la Vida Eterna. De haber sido Aarón de la misma Naturaleza Divina que Jesucristo el sumo sacerdocio hubiese sido suyo forever. Pero, siendo la Religión una Adoración perpetua de Dios, a sumo sacerdote muerto, sumo sacerdote puesto por el Templo. O en caso contrario la Adoración Perpetua de la Creación a su Creador sería liquidada, y el pueblo se hundiría en la condición de las bestias. Con el traspaso del Templo de Jerusalén a Roma la Naturaleza Sagrada de la Religión permanece, y la Adoración Perpetua, por la Naturaleza del Sumo Pontífice, Jesucristo, adquiere la propiedad de la Vida eterna.

Este Sucesión de Jesús a San Pedro y de San Pedro al Obispo de Roma no anula ni le roba al Hijo de Dios su Naturaleza de Sumo Pontífice Eterno, porque esto sería afirmar que el Hijo de Dios ya no podría presentarse ante su Padre, un argumento satánico en el que ni siquiera me detendré.  Siendo Cristo Jesús el Sumo Pontífice del Nuevo Templo, su Naturaleza Divina se abre  al Sacerdocio Universal Cristiano, de manera que todos los Obispos, lo mismo el de Roma que sus hermanos en el Templo, forman parte de su Cuerpo, y en razón de la Visibilidad de esta Naturaleza Universal de su Sumo Pontificado Eterno el hijo de Dios levanta a Pedro como Sucesor en el Cargo de “Sumo Sacerdote” que ostentó Aarón delante de Israel a fin de que la Renovación del Género Humano sea Visible ante las naciones de la Tierra y del Cielo por la Redención de Cristo.

Zwinglio habló mentira porque venía del padre de todas las mentiras para hablar en su nombre y destruyendo la Sucesión atacar el Templo de Dios al dejarlo sin Sumo Sacerdote de la Adoración Perpetua del Hijo de Dios. Pues en efecto, Aarón se presentaba delante de Dios en persona, pero San Pedro su Sucesor en la Adoración de Dios se presenta delante del Hijo de Dios, de donde se ve que la Gloria de Jesucristo no sólo no es disminuida sino ensalzada delante de toda la Creación. Por eso todos los Poderes del Cielo, como vemos en el Epílogo del Libro de Dios, la Biblia,  proclaman la Gloria del Cordero de Dios, es decir de su Hijo.

Cuando el Suizo dice que desechan la gloria de Cristo quienes son llamados “sumos sacerdotes” por los Poderes de la Iglesia, el Suizo habló mentira, estaba mintiendo, y habló mentira porque su fuente fue el padre de toda mentira.

San Pedro y sus sucesores (Sumos Sacerdotes) responden ante Jesucristo (Sumo Pontífice Universal Eterno), y nadie sino Jesucristo permanece de pie delante de YAVÉ DIOS PADRE.

La Adoración del Hijo por el Padre deviene en  el Templo Católico: Adoración por el Hijo y el Padre. Como Jesucristo ama a Dios con Amor de Hijo, la Iglesia ama a Jesucristo con Amor de Esposa, de esta forma el Amor es el Vínculo Todopoderoso y Eterno que engendra el Misterio de la Trinidad, donde el Padre es YAVÉ DIOS, Señor de los Profetas de Israel, el Hijo es Jesús, Señor de la Iglesia, y el Espíritu Santo es Cristo, cuyo Cuerpo es la Iglesia. Y siendo Jesús y Cristo la misma Persona, que todos conocemos como Dios Hijo Unigénito, el Sacerdocio Católico se levanta en la Eternidad para la Adoración Perpetua del Hijo de Dios, pues “quien no adora al Hijo no adora al Padre que le envió”.

 Una mentira no puede sostenerse en pie sino es apoyándose en otras mentiras. La siguiente lo demuestra:

 

18.- Cristo se sacrificó a sí mismo una vez y su sacrificio vale eternamente como actuante y expiatorio y acontecido por los pecados de todos los creyentes. Esto permite reconocer que la misma misa no es ningún sacrificio, sino un memorial del sacrificio y, a la vez, la confirmación de la redención que Cristo ha realizado en bien nuestro.

 

Cristo fue sacrificado por Dios, su Cordero Expiatorio: y fue  ofrecido por los pecados del Mundo cometidos en la Ignorancia de la Naturaleza Íntima de los Acontecimientos anteriores a la Creación de nuestro Universo que desencadenaron, la Traición de Satán mediante,  la Caída del Primer Hombre.

¿Acaso un Cordero puede sacrificarse a sí mismo? ¿No le corresponde a su Señor y Dueño realizar ese Sacrificio?

Evidentemente, siendo un Cordero Espiritual, Jesús hubiese podido negarse a ser ese Cordero ofrecido por Dios en expiación de los pecados del Mundo cometidos en la Ignorancia. Que tuvo este Poder de Libre Albedrío lo vemos en el Huerto de Getsemaní, donde Jesús abre su Corazón y le pide a su Padre que si podía pasar de aquella Copa, que se lo permitiese. Mas en su Adoración Eterna de Dios se inclina delante de su Padre y ofrece su Sangre para que por su Sangre sea consumada la Redención de la Transgresión de Adán, acometida en su Ignorancia, pues de no haber habido Ignorancia no hablara el Espíritu Santo de Transgresión sino de Traición a la manera de la de Satán.

No ofreció Cristo su Sangre por los creyentes y sólo y únicamente POR LOS CREYENTES.  Esto sí es “desechar la Gloria de Jesucristo”. Dios ofreció su Cordero por los pecados de todo el mundo, pues todos los hombres fueron encerrados en el Pecado por la Ignorancia, y en razón de esta Ignorancia todos son redimidos.  

Así que miente el autor suizo cuando afirma que Dios sacrificó Su Cordero en bien de los creyentes. Esta mentira Desecha el Poder Universal de la Redención de Dios, quien comprendió en su Gloria a todo el mundo. El Espíritu Santo lo afirma a pecho descubierto: “Tanto amó Dios al mundo que le dio a su Hijo Amado para que se salve”. El Espíritu Santo no miente. El reformador sí miente cuando afirma que la redención por la Sangre del Cordero de Dios se derramó exclusivamente a la salud de los elegidos protestantes. Diciendo esto el Reformador desprecia a Dios, desecha la Gloria de su Hijo y ataca frontalmente al Espíritu Santo.

Pero rápidamente la serpiente oculta en el Reformador se pone la máscara, y dice:

 

19.Cristo es el único Mediador entre Dios y nosotros.

 

¡Aleluya! Europa descubría las Américas, el Cuarto de los Nuevos Apóstoles encargados de sembrar el nuevo evangelio descubría la piedra filosofal que le permitiría a su “Dios Oculto” destruir la Casa que Jesucristo y sus Hermanos Edificaron.

El Orgullo dice Dios es el principio del pecado. Los reformadores eran dioses y se presentaban delante de Dios sin pedir permiso ni llamar a la puerta. Según su doctrina Cristo es una Persona y Jesús es otra. Cristo no es Jesús, afirman. Cristo no es Dios, dicen. Así que no siendo Jesús el Cristo no necesitaban de Jesús para llegar a Dios. Así, afirmando a Cristo negaban a Jesús, a quien apartan de en medio en su camino a Dios.

Mas por el Espíritu Santo sabemos esto:

El Hijo es Dios,

el Hijo es Jesús,

y Jesús es el Cristo.

Cristo es Dios.

¿En qué demencia argumentativa estaba atrapando este siervo del Sembrador Maligno al pueblo suizo? ¿Acaso alguien cree que la Semilla del Sembrador Maligno sería un grano  se cizaña diferente a la Mentira?

Dios estableció a su Sumo Sacerdote, primero Aarón, hasta que llegase Cristo, y después a Jesús, para permanecer por la Eternidad en su Presencia, y éstos apóstoles del evangelio de la Mentira dicen que no necesitan a nadie para presentarse delante de Dios. ¡¡Qué orgullo infernal, tener en la sangre de Satán el corazón!!

Pretenden presentarse delante de Dios de igual a igual, usar a Cristo como portero encargado de anunciar su entrada en el Santuario Santísimo, en el Tabernáculo del Todopoderoso Señor del Infinito y de la Eternidad, Creador del Cosmos y de todos los Mundos que llenan su Reino del Cielo. ¡Cómo se puede ser tan bruto!

En fin:

 

20.- Dios quiere concedernos todas las cosas en el nombre de Cristo y de esto se deduce que tampoco necesitamos de otro Mediador en el Más Allá.

 

Del bruto es la brutalidad. El Reino de Dios, dice este bruto, no está basado en un Edificio Social cuya Núcleo de Poder Universal es la Corona de su Hijo. Para nada, dice este cuarto apóstol del evangelio de la Mentira. El Creyente Suizo y sus colegas protestantes entrarán en el Templo del Altísimo delante de cuya Presencia el mismo Cosmos dobla rodillas, y charla que te charla con el propio Dios Hijo Unigénito chocarán la mano del Creador del Universo.

La demencia se seguía poniendo nombres. En esta ocasión se dio el de Zwinglio. Y con este nombre firma que “Cristo no vive en Nosotros”, Cristo es un Mediador en cuyo Nombre nos es concedido absolutamente todo. Y si todo, que Jesús se quite de en medio, todos a invadir Su Ciudad, y a bajarlo de su Trono. No hay más autoridad que la del Pueblo.

Amén.

Con su aleluya:

 

21.Si aquí, en este mundo, oramos los unos por los otros, lo hacemos confiando en que solamente por Cristo todo nos será concedido.

 

No oréis por los enemigos, (están todos predestinados a la hoguera del infierno), ni por los pecadores (lo están porque son unos pecadores), ni por los que no creen para que crean (no creen porque así lo ha establecido Dios desde la eternidad y no vais a ir en contra del decreto del Todopoderoso); orad por los unos por los otros, todos santos, todos maravillosos, todos dioses.

“Hipócritas, si no superáis la justicia de los fariseos no entrareis en el reino de Dios”. La Sangre de Cristo no fue derramada por todos los hombres, sólo por vosotros,  los Creyentes, pues antes de que existiera el Pecador de Adán ya estaba predispuesta la Sangre del Cordero de Dios para que en ella cocinaseis la carne de vuestros enemigos. ¡Esos papistas inmundos!

 

22.- Cristo es nuestra justicia y de ello colegimos que nuestras obras, siempre que sean buenas, es decir, realizadas en Cristo, son buenas obras; pero no lo son si las realizamos por cuenta propia.

 

¿Cristo es vuestra justicia? ¿Vosotros sacrificasteis al Cordero de Dios? ¿Vosotros lo enviasteis del Cielo para que en su Sangre el amor de Dios por el Mundo entero se manifestase? ¿Y cómo es que siendo vosotros ese Dios que es Amor en vosotros el Amor se convirtió en Odio?

La Historia de los crímenes de los Reformadores está escrita. Que Dios creó al Hombre a la imagen y semejanza de su Hijo, también. ¿Quién fue el Original a cuya imagen y semejanza los Reformadores cometieron sus matanzas, sus genocidios contra los campesinos, sus crímenes contra sus oponentes? ¿Fue Jesucristo ese Original? ¿O lo fue Satán, padre de toda mentira y de los Homicidios cometidos en la Tierra desde la Caída a nuestros días?

La hipocresía de los reformadores fue absoluta. Afirmaron que sus crímenes y homicidios estaban hechos en Cristo. Afirmaron que Cristo asesinó a sus enemigos, mató a sus oponentes, derramó sangre a raudales y siguiendo Su Ejemplo ellos fielmente le dieron gloria sobre los cadáveres de sus enemigos papistas.

Pero en la tesis siguiente la hipocresía se hace divina:

 

23. Cristo dejó a un lado el provecho y las glorias de este mundo y de ello deducimos que aquellos que en nombre de Cristo atesoran riquezas, le perjudican sobremanera; porque le invocan como pretexto de su avaricia y arbitrariedad.

 

¿Estaba hablando de Suiza?

Y a la hipocresía se le suma  la imbecilidad más patológica cuando escribe:

 

24.- Como ningún cristiano está obligado a hacer obras no ordenadas por Dios, puede tomar en cualquier tiempo los alimentos que le plazcan. Y de esto deducimos que el permiso del gustar del queso y la mantequilla son un engaño papista.

 

No sé por qué cuerno agarrar a este toro. Si hubiese sido Minotauro, merecería la pena la aventura. Pero era cabra, de las que dan queso y mantequilla. Hasta en la sopa veían al diablo, pero no era el diablo, era el Papa.

¡Qué locura!

 

25.- El cristiano no depende de fechas o lugares determinados, sino al contrario. Por consiguiente, quienes señalan fechas y lugares privan al cristiano de su libertad.

 

Tanta estupidez puede conmigo. Baste a cada día su afán. La moraleja de esta tesis: Todos a trabajar los siete días de la semana, los 354 días del año, y maldito el que se mueva de su lugar y se regale una peregrinación a Santiago, a Jerusalén, a Roma, a la China. Y maldito el que descanse en Navidad, Semana Santa, y fiestas religiosas de guardar. Todos esclavos, hasta la muerte.

Aleluya.

 

 

 

CAPÍTULO CINCO

 

El Pensamiento es la fuente de la que procede la energía que mueve los labios para producir eso que llamamos “la Palabra”. Todos los mamíferos tienen boca y garganta, pero el único mamífero en el que se manifiesta este Poder, “la Palabra”,  es en el ser humano. Quiero decir, la existencia de la Palabra no tiene que ver tanto con el hecho de tener boca y garganta, y sí tiene que verlo todo con  el cerebro del Mamífero Sapiens, en el que las cuerdas vocales se desarrollan con un solo fin, darle al Pensamiento “poder de manifestación”. Este Poder es “la Palabra”.

Este “hecho”, la Palabra como Poder Natural del Ser Humano es el Verdadero Descubrimiento del Mundo Griego Clásico. Desde Solón a Aristóteles la Palabra experimenta una evolución maravillosa, única en la Historia del Mundo Antiguo, en la que el Poder del Pensamiento  se hace Realidad y conforma la estructura de la Sociedad y del Estado. La base de aquel Acto Histórico que le marcó a la Civilización su rumbo en dirección al Nacimiento del Cristianismo basó su Potencia en lo que hoy llamamos Real Politik. O lo que es lo mismo, el Pensamiento Individual y del Cuerpo Social Clásico no estaban encajonados entre las los Muros de una Ideología. Esa Libertad les permitía a los pensadores abrirle horizonte a su Pensamiento y  entre todos determinar la dirección de los acontecimientos que a ellos les tocaba vivir y poner en activo, fuese una invasión de sus fronteras o a una proyección de su acción hacia el exterior de los límites del Estado.

El Mundo Griego fue una Sociedad creada por y para Políticos Filósofos. Por el contrario el Mundo Romano basó su Poder no tanto en el Pensamiento cuanto en la Fuerza de la Espada. Donde el Mundo griego puso el Pensamiento el Mundo Romano puso la Espada, la Palabra tenía que servir a la Espada.

Observando la evolución desde la Roma Antigua a la República observamos que el Crecimiento del Estado Romano se basó en la lucha por el Derecho. Todas las revoluciones de la Edad Medieval Romana se basaron en la conquista de la Igualdad de Derechos entre las clases sociales. A la altura de la Edad Moderna Romana la Palabra se limitó a servir al Imperium de la Espada.

Con el Cristianismo renace el Pensamiento como fuente de la Palabra. “La Palabra es Dios”.  Dios se hace la Fuente de la que procede el Pensamiento. Se me dirá que este Renacimiento fue de necesidad.  Contra la Espada desenvainada en la mano del César, el Cristiano tuvo que hacer de la Palabra su “espada”.

Esta Revolución fue la que activó el Hijo de Dios. El Poder del Hombre no está en la espada, está en su Palabra. La palabra es lo que define al Hombre. Y fue por esto que los  Padres de la Iglesia y los Historiadores del Cristianismo vieron en la Victoria de la Civilización Clásica la Preparación del Advenimiento de Cristo.  

En adelante en la Guerra entre el Paganismo y el Cristianismo éste le opondría a la Fuerza de la  Espada el Poder de la Palabra. Los Padres de la Iglesia Católica no cejaron hasta que el  Paganismo cayó a sus pies, y  Dios, como Fuente del Pensamiento Humano,  fue reconocido por la Civilización como la Fuente Única que le abre al Pensamiento del Hombre un Horizonte sin límites.

Esta fue la Esperanza que animó  el espíritu Cristiano y en San Agustín encontró la manifestación más visible del Pensamiento Cristiano para sin la espada vencer a todos los sistemas ideológicos que bajo una máscara religiosa pretendieron encadenar el pensamiento de los hombres a los muros de sus intereses privados. En términos literarios se conoce más las Confesiones y la Ciudad de Dios que los escritos de guerra contra el paganismo en los que basó su gloria esta Columna del Templo Cristiano.

Vinieron las Invasiones y la Caída de la Civilización a los pies del caballo de Atila. La Civilización encontró su refugio en los brazos de la Iglesia. El Derecho, la Teología, el Estado, encontraron en Ella su Cueva de Invierno donde pasar la Larga Noche que se avecinaba hasta su Renacimiento. El advenimiento de Santo Tomás fue el canto del Gallo de la Mañana que anuncia el nuevo Día. Desde las cumbres del Cielo, Dios había abierto su Pensamiento con la Fuerza de un río que bajando de altas cumbres al tocar el valle extiende majestuoso su caudal, vivificando campos secos y baldíos. La Palabra y Dios se hicieron Hombre una vez y para siempre. Había que seguir bebiendo de ese Río de la Vida de la Inteligencia Divina, porque en sus aguas tiene el Pensamiento toda Ciencia y Sabiduría.

Ésta es la Doctrina Cristiana por excelencia: “Dios es la Fuente, Principio y Origen del Pensamiento Cristiano”. “La Palabra y sólo la Palabra es la esencia y la sustancia del Ser Humano”. “El recurso a la espada es un acto de Negación de Dios, por el que se niega que el Hombre haya sido creado a su Imagen y Semejanza”.

La cuestión que aquí nos llama a refutar las tesis de este apóstol del Evangelio de la Mentira, que el Protestantismo hizo suyo, es la siguiente: ¿Qué “Dios” fue la Fuente del Pensamiento Protestante?

Desde el primer momento el primero de los Cuatro Apóstoles del Evangelio de la Reforma le reveló al mundo que su Fuente era un “Dios Oculto”. Ahora bien,  vemos que Dios no se oculta jamás del Hombre sino que  se descubre en la Plenitud de su Amor y Poder a quien le busca.

¿Quién fue ese “Dios Oculto” de los Apóstoles del Evangelio de la Reforma? ¿En cuáles de los hijos de Dios, tanto Apóstoles como Padres de la Iglesia, leemos que Dios Padre sea un “Dios Oculto”? ¿En cuáles de los hijos de Dios en los que el Verdadero Espíritu del Hijo de Dios vivió leemos que Ellos llamasen a la Espada para vencer al anticristianismo en el que se encerró el Paganismo?

Si pues Dios engendra a todos sus hijos acorde a la Imagen y Semejanza de su Unigénito ¿cómo es que los Apóstoles del Evangelio de la Iglesia Católica prefirieron morir a matar, y en cambio los Apóstoles del Evangelio de la Reforma eligieron matar a morir?

“Por sus Obras los conoceréis”. Y éstas se refieren a la Palabra. Porque si la Palabra es la Manifestación mediata del Pensamiento, las Obras son el resultado final de su existencia. De manera que quien no vive como Cristo, no es de Cristo, y quien mata, como el Diablo mató a Adán, es de Satán. En esto no hay términos medios. Entre morir o matar la elección es la de Cristo.

Como dije antes, la historia de los homicidios de los Apóstoles del Evangelio de la Reforma están escritos. Sabemos que sus discípulos usando las Universidades intentaron borrarlos y justificarlos en la identificación de la Iglesia con el Anticristo, la Babilonia del Apocalipsis, etcétera, palabras muy propias del Sembrador Maligno, fuente de Odio sin límites de cuyas aguas bebieron sus siervos como si leche fuese. Si había que prenderle fuego al mundo, adelante.

Entrando ya en materia, observamos además que todos los Apóstoles del Evangelio de la Reforma fueron hijos de la burguesía del momento. Sin ser la élite del Renacimiento, que ninguno de ellos conoció, ni tampoco del Humanismo, aunque el Humanismo los jaleara, los Cuatro Apóstoles de la Reforma Maligna se alimentaron de la inteligencia más actual del momento, pan reservado para los poderosa naciente clase burguesa.  Engordados con ese pan manipularon a las masas analfabetas del momento. La ignorancia, en este caso de los pueblos alpinos, se nos descubre en su discapacidad intelectual para analizar unas tesis en las que  Zwinglio desplegó su Odio contra la Iglesia fundada por Cristo, de cuyo análisis hubiesen podido descubrir la identidad del Dios Oculto al que tanto el Suizo como el Alemán sirvieron.  

Es de retórica acusar al enemigo de los males en los que el acusador se gloría. La mejor defensa ha sido de siempre el contraataque acusando al enemigo de padecer los males de los se le acusan. Puesto que nadie mejor que el propio acusado conoce la intimidad de los males de los que se le acusa nadie mejor que él para desplegar esos males en toda su virulencia contra quien se siente escandalizado.

Zwinglio, lo mismo que Lutero, hizo de esta regla su altar mayor. Leamos su Vigésimo Sexta Oración Sagrada:

 

26.- Lo que más desagrada a Dios es la hipocresía. Por lo tanto, todo cuanto el hombre haga para aparentar ser mejor que los demás es pura hipocresía y merece ser puesto en entredicho. En esto van incluidos los hábitos o ropajes, los signos (cruces, etcétera) cosidos a la vestimenta, la tonsura, etc.

 

¿Ser mejor que los demás es ser hipócrita? ¿El corredor que corre, en cualquier rama de las ciencias, de las artes, del derecho, de la Religión, para ser el mejor delante de los tribunales de los hombres y de Dios, es un hipócrita?

Ya con estas dos cuestiones no merece la pena siquiera seguir comentando la hipocresía que extiende Zwinglio. Pero concedamos. ¿Qué  es la Creación y la Civilización sino un movimiento de superación constante en el Tiempo y el Espacio? Ser mejor cuando lo que se ve es malo o peor, es un Deber Sagrado.

Nadie puede ser mejor que Dios pero todos tenemos el deber de ser mejor que quienes nos precedieron porque todos estuvieron encadenados a la Mentira, a la Corrupción y a la Ignorancia. “Ser mejor” en el campo del Bien es un Deber Cristiano. Hay que ser mejor Papa, mejor Obispo, mejor Creyente, mejor Pensador, mejor Político, mejor Científico, mejor Defensor de los derechos del Hombre, de la Vida. ¿Es esto ser hipócrita?

El hipócrita de Zwinglio blinda su hipocresía tras la máscara de las vestimentas. Bien sabemos que a nadie le deseamos la suerte del Diablo, pero no podemos permitir que la Semilla de los Apóstoles del Evangelio de la Reforma siga en activo. Este es el Día en el que se hará Viva la Profecía: “El Señor le dirá a sus siervos: Recoged la Cizaña y reunidlas en haces para quemarla”.

Ser mejor “en el campo del Bien” es el Motor de la Civilización. Esta Tesis no sólo  va contra Cristo y la Iglesia sino que ataca a la propia Civilización. No menos que la siguiente proclama anticristiana:

 

27.- Todos los cristianos son hermanos de Cristo y hermanos entre sí y ninguno debe considerarse superior a otros delante de Dios. Esto quiere decir que las Órdenes Religiosas, las sectas y los movimientos revolucionarios cristianos no tienen razón de ser.

 

Mentira. El Evangelio del Espíritu Santo es que todos los Cristianos somos hijos de Dios, de donde la segunda parte de la primera frase  no tiene sentido, pues Dios ama a todos sus hijos con amor de Padre. Pero Dios a unos los engendró para ser los Hermanos de Cristo, (sus Apóstoles) y a Ellos los sentó a su lado como los Ministros Todopoderosos de su Reino; a otros los hace sacerdotes y les da el espíritu de Esposa para que vivan sempiternamente en la Adoración a Dios, a otros los hace hijos del Rey para trabajar en su Casa en la Libertad que viene del Amor a su Padre, y a todos nos hace Ciudadanos de su Reino para disfrutar y gozar de la Libertad sin límites de quienes vivimos para disfrutar de la vida de los hijos de Dios.

En cuanto a la segunda frase, vuelve a repetir su ataque contra la Civilización. El Cristianismo es Revolución en esencia y sustancia. En el seno de la Historia de la Civilización Jesucristo es la Revolución. Condenados a vivir por la Espada el ser humano fue rescatado para la Palabra que viene del Pensamiento de Dios. La Inteligencia Divina se derrama en el Hombre y lo dirige hacia las Ciencias, las Artes, el Derecho, siempre en avance, siempre en lucha, siempre victorioso. Es en la Era de Cristo donde tienen lugar todas las revoluciones que han hecho del Mundo Contemporáneo el que es y es en este Campo donde sigue viviendo el Espíritu de la Revolución Cristiana que marcó un Antes y un Después. Todos, incluso los enemigos, han sido vencidos por la Era de Cristo. ¿De qué estaba hablando entonces este Apóstol de la Mentira?

¿Innecesarias, dice, que fueron las Órdenes religiosas Medievales en las que el Tesoro de las Letras encontró Refugio?

¿No fueron ellas las que recogieron el testigo del Apostolado y llevaron el Evangelio a las regiones europeas aún  salvajes? Los Anskar, Bonifacio, Francisco de Asís, etcétera, ¿fueron innecesarios? ¿Lo serían los que le sucedieron y llevaron el Evangelio a las Américas y al Lejano Oriente?

¿Quién se creyó ser este Zwinglio para decirle a Dios lo que era o no era necesario para el Bien de la Salvación del Género Humano?

Y sin embargo, en su siguiente oración, diciendo “justo es todo lo que Dios ha permitido y no ha prohibido”, el hipócrita se niega a sí mismo: niega enseguida lo que acaba de negar.

 

28.-Justo es todo lo que Dios ha permitido y no ha prohibido. Por consiguiente, el matrimonio es cosa lícita para todos los hombres.

 

Pues si Dios permitió la creación y existencia de las órdenes religiosas, de las que se sirvió para expandir su Evangelio, hechos escritos en los libros de Historia, ¿quién es quién, llámese como se llame, para abolir lo que Dios bendijo?

Y es que cuando la Hipocresía y el Orgullo van juntos de la mano no se puede esperar nada bueno. A quien bendice le toca dar por finalizada la ocasión, y quien quita a Dios y  maldice lo que Él bendijo, lo hace a nombre propio y deberá responder delante de Dios de su maldición contra lo que Dios puso en Movimiento. En la Civilización dos son las Fuerzas Motoras que actúan en su seno, Dios y el Diablo.

Quien ama a Dios, ama su Creación; quien odia su Creación, ama al Diablo. No hay otra regla, “con Dios o contra Dios”.

En cuanto al Matrimonio de los Sacerdotes la controversia vino de un alma hipócrita: Dios bendijo la Procreación y la Multiplicación de las familias humanas antes de llamar a Adán y Eva. Primero Bendice y luego Produce. Adán fue el Primer Hombre que llamó Padre a Dios, el Primer Hombre al que Dios llamó “hijo mío”. Su Nacimiento no se produjo por Encarnación sino por la Bendición. El Sexo Reproductor fue bendición para todas las familias humanas. Así que el Primer Hombre, contrariamente al Evangelio de la Reforma, que recogió del Judaísmo contra el que Jesucristo se levantó,  no cayó por la Concupiscencia. Estando bendito el Acto Sexual reproductor no podía ser la Carne bajo la Ley de la bendición la causante de la Maldición. Hacer de la Concupiscencia, que surge tras la Caída, la raíz del Pecado que  se mereció la Maldición,  doctrina judía que la Reforma hizo suya, es Negar a Cristo y  rechazar a Jesús.

Observamos que siendo la Muerte de Jesucristo Prototipo de la Muerte de Adán, por proyección divina vemos en la Virginidad del Hijo de María el Discurso de Dios sobre la Causa de la Caída de Adán, su hijo menor, que en nada y para nada tuvo que ver con esa Concupiscencia que hallando campo en los Reformadores los arrastró en este terreno a resucitar de su tumba la doctrina judía sobre el Origen del Pecado de Adán. Si el Amor era y es el fruto del Árbol de la Vida, la Guerra es y era el fruto del Árbol de la ciencia del bien y del mal, del que comiendo, siendo natural a la Guerra la Muerte, moriría el que comiese; hecho que el Hijo de Dios dejó claro cuando le dice a Pedro “El que a hierro mata, a hierro muere”.

El matrimonio le es cosa lícita a todos los hombres y mujeres en razón de la Bendición de Dios: “Procread y multiplicaos y henchid la Tierra”. Si alguno sabe cómo podía operarse esta Multiplicación sin el concurso del Acto Sexual reproductor, que lo diga.

Nacidos Adán y Eva de sus padres vivieron bajo la Ley de la Bendición, no de la Concupiscencia. Ésta entra en el mundo como efecto de la Caída.

Ahora bien, ¿condenaban los Reformadores a Jesucristo por su Virginidad Sagrada y lo despreciaban por no acogerse a la Ley de la Bendición?

Parece más que evidente que en Jesucristo  tiene el Género Humano  ese Modelo Original Divino en el que se cumple “Hagamos al Hombre a nuestra Imagen y a nuestra Semejanza”: Sin embargo en Jesucristo tenemos al Todopoderoso Dios Hijo Unigénito. Y únicamente a un demente puede ocurrírsele ser quien ÉL es: Sacerdote, Rey, Señor, y Juez Universal. Desde el principio el Espíritu Santo dijo que Dios a unos los hace sacerdotes, a otros maestros, sabios, etcétera. Y en ser lo que es cada cual encuentra su felicidad. El Sacerdote tiene en la Virginidad de Cristo su Modelo. El Sacerdocio Católico es un Pueblo aparte, como lo fuera la Casa de Aarón entre las Tribus de Israel; Dios aparta y reserva el Sacerdocio Cristiano para la Adoración de su Hijo, y por este deviene Inmaculado a la Imagen y Semejanza de su Señor.

No menos verdad es que el Espíritu Santo dijo: “Quien se abrase, que se case”. Mas hacer de esta Ley de Misericordia una Ley de Maldición contra el Sacerdocio Católico es Maldecir al Señor a cuya Imagen y semejanza engendró Dios a la Iglesia Sacerdotal. Ergo, los Apóstoles del evangelio de la reforma odiaron a Cristo y amaron al Diablo, su verdadero señor, cuya única meta es la destrucción de la Casa de quien le aplastó la cabeza, nuestro Rey y Padre Jesucristo.

 

29.-… y de aquí colegimos que aquellos que se denominan «clérigos» pecan si habiendo advertido que Dios no admite su continencia no la remedian casándose.

 

El hipócrita tiene en la hipocresía su gloria, y habla del Dios al que no ama, y porque no LE ama descubre que no LE conoce, pues quien conoce a Dios LE ama por razón natural de su alma. Y desde su maldad, (pues nadie que se llame cristiano  puede justificar sus pecados en la ignorancia una vez producida la Redención),  y pretendiendo darse de sabio da por maligno a Dios al acusarle de llamar al Sacerdocio para después despreciar a quien llama en razón de la Virginidad a que fue llamado.

Incontinencia se refiere al estado civil o casado del que teniendo libre acceso a la acción natural se mantiene por voluntad -o por circunstancias- ajeno al contacto con el otro sexo. Llamar a la Virginidad Consagrada de Cristo “incontinencia” es  poner en boca propia las palabras del Diablo y maldecir a Dios por haberle dado al Hombre el  Poder y la Fuerza de ser Semejante a Cristo en el Sacerdocio Divino al que se consagró libremente y en el uso  de la plenitud de sus facultades físicas y mentales.

Mas quien no es nacido de este Espíritu y se declara sacerdote opera como aquel maldito hijo de Dios que haciéndose pasar por Enviado de Dios Padre  arrastró al Primer Hombre a la Muerte.

La Virginidad de Cristo es de sus Sacerdotes, pues siendo ÉL su Cabeza y Ellos su Cuerpo, en todo son Una sola cosa, la Esposa y el Esposa, unidos en Santo Matrimonio sempiterno por Dios. Tal fue la Doctrina del Espíritu Santo. Así que ¿de qué estaba hablando este necio? cuando escribía:

 

30.- Quienes hacen voto de castidad realizan una promesa ingenua o neciamente. Y por eso los que tales votos hacen obran alevosamente para con los hombres piadosos.

 

¿Quién se creía ser este necio para entrar en el reino de Dios, callar al Rey y a Dios su Padre y decirles a la cara lo que debe ser y lo que no debe ser, lo que es bueno o lo que es malo, lo que es pecado o lo que es cristiano? ¿Cómo aquella nación de guerreros admirados en toda Europa pudieron llegar a ser tan cobardes como para ponerse de rodillas delante de  un hipócrita de esta especie?

Todos los historiadores que merecieron ser llamados maestros en esta Ciencia han observado la Incontinencia Concupiscente de los Reformadores. Lutero, Enrique VIII, Calvino, Zwinglio, fueron invenciblemente dominados por la fuerza sexual, que ellos levantaron hasta el extremo de convertirla en la razón de sus vidas, la causa por la que prenderle fuego al mundo entero.

El Voto de Castidad es un acto de renuncia temporal que puede ser terminado a voluntad en bien de la salvación del alma. Cualquiera puede hacer un Voto de Castidad en razón de una causa humana o sagrada. Nada hay de malo en ello. Ni por contraerlo ni por superarlo, cum laude o sin cum laude.  “El que se abrase, que se case”, que su miedo a reconocer su debilidad no se lleve su alma por delante. Dios ama a todos sus criaturas, unas son más fuertes y otras más débiles, lo que cuenta es su Amor de Padre.

El Voto de Castidad es un Acto que se contrae voluntariamente y queda sujeto a la razón natural. La Virginidad del Sacerdote es un Acto de Llamada de Dios por el que el Hombre nace del Espíritu de Santidad de  su Señor para vencer y ser invencible.

Desgraciadamente el Sacerdocio Medieval arrastró a la Aristocracia a apoderarse de la Casa del Señor, encerrar a la Esposa de Cristo en las mazmorras de sus maldades, y no pararon hasta expulsarlas de su Casa y apropiarse de sus bienes. Los Apóstoles del Evangelio de la Reforma se unieron a aquella Aristocracia Malvada y sirviendo al Enemigo de Cristo les abrieron la puerta a aquella banda de ladrones que no dudaron en levantar el hacha de Guerra y sacrificar en el campo de batalla los millones de seres sepultados a sus Credos Malignos desde aquel  1517 al 1647.

La fama de  violador que persiguió a Zwinglio se merecía bien la muerte de todos los testigos que pudieran levantar su voz contra su conducta perversa y malvada.

 

 

SEGUNDA PARTE

LA DOCTRINA DE LA EXCOMUNICACIÓN JESUCRISTIANA